Había una vez un barrio llamado Villa Crespo. Villa Crespo creció, los designers fijaron su mirada en esas calles tranquilas y arboladas, los agentes inmobiliarios detectaron que allí, en eso que alguna vez se llamó barrio, existía la oportunidad de convertirlo en un mega barrio y lo llamaron Palermo Queens.
Villa Crespo se dejó y Palermo Queens nació. Un poco para honrar a una reina imaginaria (a la Reina buena Sofía, a la Reina mala, Reina Madre, o a la Reina de los Bajitos, no lo sabemos) Mientras que,
cerca de allí, en otro barrio porteño, legendario espacio de Bs As. otras tierras pedían a gritos gozar los mismos derechos que la zona vecina.
El Abasto, dominio de fondas y frutos, de conventillos y casas tomadas, de conexiones clandestinas, de olor a Cebiche y caldos, de Tetra Briks, de malevos y contingentes de turistas, de postal de Bs As y bolsas de shopping, de sonido a cumbia y a vidrios rotos, de olor a asado en terraza y espíritu de Gardel, un día, el histórico barrio y casi por efecto mimético, extendió sus fronteras y abrió sus puertas a los cooltura para re bautizarse. Esa vez, el príncipe no se hizo calabaza. Esa vez, el príncipe de los barrios porteños se volvió rey, un Dios malo no lo salvó, el cuento no tiene final feliz ni perdices y este barrio pasó a llamarse Palermo King.
A quienes honraron al Abasto hasta esa fecha. A quienes añoran lo que no será: dedicamos estas líneas.
"Tomates podridos por las calles del Abasto,
podridos por el sol que quiebra las calles del Abasto.
Hombre sentado ahí, con su botella de resero, los bares tristes y vacíos ya, por la clausura del abasto.
José Luis y su novia se besan por ahí en el abasto, yo paso y me saludan bajo la sombra del abasto.
Parada Carlos Gardel, es la estación del Abasto, Sergio trabaja en el bar en la estación del Abasto,
piensa siempre más y más, será por el aburrimiento.
Subte línea B y yo me alejo más del cielo, ahí escucho el tren, ahí escucho el tren, estoy en el subsuelo, estoy en el subsuelo."
A Luca.