jueves, 1 de mayo de 2008

De poetas decadentes, cooles y alucinados. 1º parte

Baudelaire, el padre espiritual del decadentismo,descubrió la correspondencia entre perfumes, sonidos y colores y la tenebrosa y profunda unidad de la naturaleza.
También influyó en el decadentismo Rimbaud, para quien el poeta debe hacerse vidente a través de un razonado desarreglo de los sentidos. Se trata de registrar lo inefable y para ello es preciso una alquimia verbal que, nacida de una alucinación de los sentidos, se exprese como alucinación de las palabras, al mismo tiempo, esas invenciones verbales tendrán el poder de cambiar la vida.
Para algunos, la alucinación de los sentidos a la que hacía alusión Rimbaud no excluía el recurso de lo que Baudelaire había definido como paraísos artificiales, es decir, las alucinaciones producidas por los estupefacientes.

Gracias John John (poeta maldito contemporáneo)
Por su carácter depresivo y solitario; despectivo hasta el sarcasmo para con la sociedad burguesa. Por su angustia existencial, materializada en la obsesión por el paso del tiempo. Por su simpatía y defensa con los seres desvalios, por Las flores del mal y El spleen de París, por su atracción hacia lo negro, el vicio, la cólera, el tedio, el demonio, la muerte, a Charles Baudelaire, por iniciar este primer capítulo de la trilogía a los poetas decadentes, cooles y alucinados.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cálmate, dolor mío, y tu angustia serena.
Anhelabas la noche. Ya desciende. Aquí está.
Una atmósfera oscura cubre a París.
Traerá a unos cuantos la paz, a otros muchos la pena.