jueves, 22 de mayo de 2008

de poetas, escritores, cooles y alucinados (segunda parte)

Decadentismo
Fenómeno artístico que tiende a singularizarse y a caracterizarse durante la segunda mitad del siglo XIX. Un proceso que puede definirse a través de dos grandes rasgos: una actitud ante el comportamiento que enfatiza los aspectos refinados y mórbidos y una exaltación del "arte por el arte" para poner toda la intensidad en exaltar el goce estético desinteresado y despreocupado.
Uno de los antecedentes más esclarecedores del decadentismo lo podemos encontrar en el ensayo de Thomas de QuinceyOn murder considered as One of the Fine arts” (Sobre el asesinato considerado como una de las bellas artes) Un dolor de muelas, llevó a de Quincey a consumir opio que terminó en convertirlo como en uno de los más famosos opio's man del mundo.
Justificaba su estilo laberíntico con una disculpa: “Mi modo de escribir consiste más bien en pensar en voz alta y seguir a mis humores”.
De Quincey sugirió que el asesinato, más allá de sus consecuencias éticas, una vez concluido, debe ser juzgado como un arte que se ha ido perfeccionando desde Caín. Creía que el asesinato, más allá de la culpa que implica y del castigo, puede ser cultivado con miras a su desarrollo. Entendió que la trasgresión suprema que implica ese acto lo aproxima a las bellas artes. Propuso, la mitificación del homicida como un pequeño dios que decide por el destino, que ante el azar y la contingencia que vivimos, representa un acto firme que crea con sus condiciones mismas el único patrón de juicio.
Este es el inicio del decadentismo en las letras (no me vengan entonces con cancioncitas que por hablar de las sustancias se vuelven himnos hasta en las canchas) si alguien puede citar alguna estrofa de las mismas... que arroje la primera piedra.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

"Voy a salir a caminar solito
sentarme en un parque a fumar un porrito
y mirar a las palomas comer el pan que la gente les tira".
Pero Calamaro es cool.
Saludos y opio

peter peters dijo...

cuando tenia 17 años leí el primer libro de Quincey, uno de los poetas preferidos de Borges.
ahora va alguien a un parque a fumarse un porrito y se siente revolucionario. y él, hace 100 años, se atrevió a considerar el homicidio como una de las bellas artes.
sino, recordemos la voladura y derrumbe de las Torres Gemelas, una de las más grandes obras de arte de la humanidad.

peter peters dijo...

tu blog está cada mez mejor.
te felicito, rindo honores y ahora salgo a la calle y mato a alguien.